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La pasion de Emanu

                                                                                                                                                          Por Saw

 

 

El viernes me fui al Le Parc a ver  “El Cementerios de Automóviles”  dirigida por Jose Maria Bombal e interpretada por, Nicolás Naranjo, Mónica Terson de Peleville, Jeremias Gutiérrez, Luján Duarte Jurczszyn, Agustin Gimenez, Carlos Lorenzi, Mariano Frias Santander.  Iluminación Luciano Cortez, Escenografía Liciano Cortez y Gustavo Valdez Música y sonido Darío Maugeri, Vestuario Camila Alterio, Anahi Duarte.

Esta obra escrita por Fernado Arrazabal alla por el 59, cuenta la historia de Emanu, trompetista de los pobres, traicionado por  tope (el clarinetista) y entregado a la autoridad, ante la indiferencia de la sociedad que habita automóviles abandonados.

 

La connotación evangélica es evidente y a través del tiempo como las acciones que se repiten de modo invariable en la creación humana, el ciclo de nacimiento, desarrollo, y muerte invariablemente repite la dramaturgia en la que estamos sumergidos.

La obra sorprende desde el primer momento con la aparición de Dila (Lujan) haciendo que nosotros dejemos de ser meros espectadores para introducirnos en la obra y hacernos parte de ella; con un juego muy sensual y sexual nos lleva hacia diferentes climas, hasta logra hacernos reír con cosas que no tienen un sentido, quizás los nervios.

 

Con la aparición de Emanu (Jeremias), no me cabe la menor duda que la pasión por la actuación y el arte lo lleva en la sangre, nos relajamos y vemos una historia de amor muy aniñada pero intensa.

 

Con Foder (Mariano) un papel exquisito donde queda demostrado que menos es más y Tope (Nicolás) el malo de la obra que intentara por todos los medios demostrar lo contrario, hacen gala de su profesionalismo brindando una actuación muy buena.

 

Tiosido y Lasca (Agustín y Mónica) en un principio no tiene mucha intervención pero sin duda el desarrollo de la historia necesita de ellos, haciendo una escena súper jugada, a los malos una vez más  la historia nunca los juzgara.

 

Dejo para el final a Milos (Carlos) el conductor de esta obra para mi gusto, impecable actuación ser el malo o el bueno, amarlo u odiarlo todo eso hace sentir en su papel, demostrando cual versátil es como actor.

 

Me atrevo a decir sin dudar que a nivel actuación es excelente, un texto sobervio que hace poner la piel de gallina si se desmenuza y se comprende, una obra de 1959 que habla de la sociedad del 2015, me encanto la puesta lumínica muy bien lograda, la escenografía y la música están acorde acompañan muy bien.

 

En fin “El cementerio de automóviles” es una obra para que te vayas carburando a casa en que parte estas, yo por mi parte soy de los que rezaron en vos baja…

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